Carlos Sadness dejó más que su voz en el escenario del Marte: entregó el alma. Frente a decenas de salvadoreños, el artista español llevó a su audiencia en un recorrido por su discografía, creando una de esas noches en las que la música y el público se funden en una sola energía.
El viernes, el músico se disculpó por un malestar en la garganta y pidió a los asistentes su apoyo para darle fuerza a las canciones. Ellos no lo defraudaron: cada letra fue coreada, cada estribillo fue suyo, y Sadness nunca estuvo solo. La complicidad era palpable.
“Tropical Jesus” mantuvo el espíritu elevado y la energía en un punto álgido. Con un guitarrista y un bajista acompañándolo, y su ukelele en las manos, logró que nadie dejara de bailar ni de saltar, regalando una de las noches más mágicas del año.
Con temas como Big Bang, Feliz Feliz, Personita Buena, Soñé Contigo, Te Quiero Un Poco, Ciclo Lunar y Todo Estaba Bien, la hora y media del show fue una mezcla de melodías y momentos íntimos, incluyendo raps improvisados y chistes compartidos con el público, quien respondió con risas y ovaciones.
Gracias, Carlos, por dejarnos esa energía y esa magia. El Salvador te espera de vuelta.