Desde que tres jóvenes salvadoreños fundaron la aplicación de delivery Hugo en 2017, San Salvador ha ido perfilándose —con paso modesto pero decidido— como un hub tecnológico en ebullición.
En los últimos meses, ese entusiasmo ha cobrado forma en una serie de hitos que apuntan hacia un futuro prometedor para la industria tech en el país: la inauguración de un centro de almacenamiento de datos sin precedentes en la región, una nueva universidad especializada en ciencias y tecnologías, y el surgimiento constante de emprendimientos digitales que confirman que algo importante se está gestando en la capital salvadoreña.
A esa lista se suma ahora un nuevo capítulo: la inauguración de las nuevas oficinas corporativas de ECIJA, uno de los despachos legales más reconocidos de Iberoamérica. Fundado en Madrid en 1997, ECIJA tiene presencia en 16 países y una clara vocación por acompañar a empresas en los sectores más dinámicos de la economía actual.
Aunque ECIJA ya operaba desde hace varios años en el país, esta nueva sede —más amplia, moderna y con visión de crecimiento— refuerza su presencia en el mercado local. En San Salvador, el despacho se ha consolidado como un aliado clave para empresarios e inversionistas –sobre todo aquellos vinculados a la innovación, la propiedad intelectual y el desarrollo digital. Su especialización en protección de datos, tecnología y derecho corporativo le ha valido una reputación sólida y creciente.
Recientemente, ECIJA se fusionó con LEXARTIS, otro despacho de amplia trayectoria en El Salvador. Esta unión representa un paso estratégico que fortalece su equipo y amplía su capacidad de ofrecer servicios legales sofisticados en un entorno cada vez más competitivo.
Las nuevas oficinas, ubicadas en la colonia Escalón, fueron inauguradas ayer en un evento que reunió a figuras del mundo empresarial y del sector público. Alfredo Navas Duarte y Francisco Molina, socios directores del despacho, encabezaron la ceremonia acompañados por la Ministra de Economía, María Luisa Hayem.
La inauguración de esta sede no es solo un símbolo de expansión: es también una señal de confianza en el potencial de El Salvador como destino de inversión, innovación y asesoría legal de alto nivel.