La relación entre Blake Lively y Justin Baldoni, coprotagonistas y director de la película It Ends with Us, ha evolucionado de una colaboración profesional a una disputa legal de alto perfil. En diciembre de 2024, Lively presentó una denuncia ante el Departamento de Derechos Civiles de California, acusando a Baldoni de acoso sexual y represalias en el set de filmación.
Las alegaciones incluyen besos no solicitados durante la filmación y la creación de un ambiente laboral hostil mediante comentarios inapropiados y violaciones de límites personales.
En respuesta, Baldoni presentó una demanda por difamación contra The New York Times, solicitando 250 millones de dólares en daños. La demanda sostiene que el artículo del periódico contenía inexactitudes y omisiones deliberadas que favorecían la versión de Lively. Además, se alega que la cobertura mediática fue manipulada por expertos en gestión de crisis contratados por Baldoni para desacreditar a Lively.
Este conflicto ha puesto de relieve las complejidades de las relaciones en la industria del entretenimiento y la influencia de los medios en la percepción pública. Ambas partes están involucradas en litigios que abordan las acusaciones y las tácticas de relaciones públicas empleadas, lo que podría tener implicaciones significativas para sus carreras y reputaciones.
El impacto de este caso va más allá de los individuos involucrados. Para muchos, este conflicto plantea interrogantes más amplias sobre cómo se manejan los problemas de acoso en sets de filmación y hasta qué punto los medios contribuyen a enmarcar las narrativas de estas disputas.