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Un adelanto con Comida para Llevar

Comida para Llevar fusiona lo-fi y Caribe con frescura, amistad y ritmo. Su música es entrega rápida, honesta y hecha desde el corazón latino.
Comida para Llevar

Algunos nombres de banda buscan ser poéticos o eternos. Comida para Llevar no. Es más bien como una notificación de delivery: directo, inesperado y alegre. “Queríamos que te alegrara cuando llegara, como cuando llega la comida”, dicen. Y eso hacen: entregan música cálida, inmediata, sin demasiada ceremonia.

Lo suyo es “lo-fi caribe”, una mezcla sabrosa de jazz, hip hop, ritmos latinos y atmósferas caseras. Todo hecho desde la costa, con computadoras en salas y guitarras apoyadas en sofás.

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“Esto no se cocina lento”, dicen. Aquí el beat que nace hoy se publica mañana. Y si suena fresco, es porque lo es.

Detrás de ese sonido hay trabajo constante. Uno produce un beat al día, el otro edita los videos. Siempre están creando, aunque sea con una rima absurda o una carcajada interna que los rescata del caos. “La amistad es una fuente de inspiración”, confiesan. Y lo cursi no les molesta, si es verdad.

Desde Buenos Aires, donde andaban durante su gira, hablan del proyecto como si fuera una forma de vida. Porque lo es. “No estaríamos en este plano si no hiciéramos música”, dicen. Y aunque suene exagerado, se nota que lo dicen en serio.

Este es solo un adelanto de la conversación que tuvimos con Comida para Llevar. La entrevista completa —una pieza cargada de humor, identidad y ritmo— estará disponible en la edición impresa de Storylate. Espérala.