Porsche ha lanzado oficialmente en el país su 911 Carrera GTS con tecnología T-Hybrid, y lo ha hecho en un evento privado donde los verdaderos devotos del asfalto pudieron presenciar una transformación histórica. Porque esto no es solo un nuevo modelo; es el 911 del futuro con el alma intacta.
Con un motor bóxer de 3.6 litros y un turbocompresor eléctrico que ahora aloja un motor adicional, el nuevo 911 Carrera GTS alcanza 541 HP y 570 Nm de torque. La velocidad máxima roza los 312 km/h, y el 0 a 100 lo destroza en apenas 3 segundos. Las cifras importan, claro, pero lo que realmente impacta es la sensación: un chorro de poder continuo, afinado por más de seis décadas de obsesión ingenieril alemana.
El sistema T-Hybrid no es cualquier híbrido, sino inteligencia de competición: un motor eléctrico dentro del turbo que elimina cualquier retraso al acelerar y reduce el consumo de combustible. Porsche no cambia de piel, la perfecciona.
El diseño también se pone al día con rejillas de refrigeración verticales que se ajustan automáticamente, optimizando el rendimiento en tiempo real. A eso se suman los nuevos faros LED Matrix, que no solo elevan la visibilidad sino también la presencia del vehículo. En la parte trasera, el rediseño incorpora embellecedores en negro brillante y una aerodinámica refinada que grita precisión.
El modelo que debutó en suelo salvadoreño lo hizo con un acabado “Ice Grey Metallic” y el GTS Interior Package en negro. Precio base: $237,000 USD. Para quienes creen en la personalización como religión, Porsche ofrece versiones Targa y el ya célebre Car Configurator para moldear el 911 de sus sueños.
“El 911 Carrera GTS es más que un automóvil, es una obra maestra diseñada para emocionar en cada trayecto”, dijo Roberto Renderos, director de marca en Porsche El Salvador. Y tiene razón: este lanzamiento no solo celebra un nuevo modelo, sino más de seis décadas de velocidad, obsesión y belleza técnica.
En una época en la que todo parece volverse eléctrico y silencioso, Porsche responde con un grito afinado: el futuro sí, pero sin renunciar al alma. Y esa alma, ahora, corre también por las calles de San Salvador.