Con un escenario imponente, la cantante chilena se presentó por primera vez ante el público salvadoreño, que coreó y aplaudió sus canciones de principio a fin. La puesta en escena recreaba una galería de arte, con una pantalla que simulaba la pared de un museo, mientras Mon, junto a sus músicos y bailarines, se convertía en la obra maestra de la noche.

La velada comenzó a las 8:00 p. m. con un anuncio en pantalla de los próximos conciertos para 2025, organizados por la productora “La Nueva”, que adelantó visitas de artistas como Camila, Beele y Fuerza Regida. A las 8:20 p. m., la cantautora salvadoreña Vanessa García iluminó el escenario con su pop vibrante, dejando claro que su talento la posiciona como una de las grandes promesas de la música nacional.
Cuando el reloj marcó las 9:21 p. m., las luces se apagaron y los gritos de emoción llenaron el recinto. Mon Laferte apareció en el escenario interpretando Tenochtitlán, dando inicio a un recorrido por toda su trayectoria musical. El repertorio incluyó sus mayores éxitos, versiones de otros artistas y referencias a su paso por Rojo Fama Contra Fama. El espectáculo concluyó cerca de la medianoche, dejando al público extasiado.
El show ofreció momentos inolvidables: interpretaciones a capela, una colaboración con su imitadora salvadoreña en Mi Buen Amor, y una puesta en escena llena de baile, emociones intensas y trajes deslumbrantes.
Mon Laferte entregó su alma en cada canción, mientras los asistentes acompañaban cada nota bajo un cielo despejado y estrellado. El lugar, completamente abarrotado, fue testigo de momentos mágicos: parejas abrazadas, grupos de amigas vibrando al unísono y un sentimiento colectivo que hizo de esta noche algo único.
Sin duda, este concierto se posiciona como uno de los mejores eventos del 2024. Una ovación de pie para Mon Laferte y su equipo.
¡Hasta la próxima!