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Lo que vimos en el Tiny Desk de Bad Bunny

Bad Bunny se despoja del espectáculo para mostrarse íntimo y auténtico en su debut en el Tiny Desk. Con voz suave y banderas puertorriqueñas, transforma lo pequeño en algo inmenso.
NPR Music

Hay algo profundamente curioso, casi tierno, en ver a Bad Bunny cantar sin luces ni humo; sin escenario inflable ni efectos de estadio. En esta ocasión especial lo vemos sentado en un banquito negro, bajo la luz cálida que emiten las lámparas en la oficina de la National Public Radio (NPR). Acompañado por una banda de músicos en chancletas y guayabera, Badbo nos deslumbró de nuevo.

Y es que así funciona el formato del Tiny Desk. Lo inventaron en 2008, en plena resaca de un mal concierto: Bob Boilen, editor de All Songs Considered, se quejó de que no podía oír nada en un bar ruidoso, y su colega Robin Hilton le dijo en broma: “Deberías traer a los músicos a tu escritorio.” Lo hicieron. Y desde entonces, ese escritorio, con sus estantes llenos de discos, muñecos, plantas y lo que sea, se volvió una especie de altar íntimo de la música global. Por ahí pasaron desde Adele hasta Café Tacvba, desde Sting hasta Rawayana. El único requisito: tocar en vivo, sin trucos, en ese rincón chiquito.

Y ahora llegó Benito.

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No el de los estadios, ni el de la Met Gala, ni el de la lucha libre. Este otro. El que canta con Los Sobrinos, una banda de virtuosos caribeños dirigida por Julito Gastón. El que se rodea de banderas puertorriqueñas celestes, como quien colgó el alma en la pared. El mismo que nos regaló el ya icónico Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana, un álbum que suena a casa: mezcla de plena, bomba, salsa, décima y reguetón. Y el que, justo después de eso, fue protagonista de una aclamada campaña de ropa interior para Calvin Klein.

En el Tiny Desk cantó cinco temas de su nuevo álbum, incluyendo KloufrensPitorro de Coco y, por supuesto, DtMF.

No hace falta subir el volumen para que escuchemos. A veces, lo más fuerte es una voz bajita que canta algo que ya sabíamos, pero habíamos olvidado. En esta ocasión, el Conejo bajó la música para que lo oigamos mejor.