Este logro reafirma su posición como una de las parejas más consistentes en el circuito de dobles masculino, dejando claro que su combinación de técnica y química sigue siendo una fórmula ganadora.
En su camino hacia los cuartos de final, Arévalo y Pavić demostraron un juego sólido y una sincronización impecable. Su última victoria fue un despliegue de habilidad estratégica, en el que supieron adaptarse a las condiciones de la cancha y neutralizar a sus oponentes con precisión quirúrgica, quedando 6-4, 7-6 frente a los franceses Doumbia y Reboul. La mezcla del potente servicio de Pavić y el toque fino de Arévalo en la red ha sido crucial en su avance, destacando la sinergia que han desarrollado desde que comenzaron a competir juntos.
Marcelo Arévalo, conocido como “Chelo”, ha puesto a El Salvador en el mapa del tenis mundial. Su dedicación y perseverancia lo han llevado a escribir una historia inédita para su país, mientras que Pavić, con su vasta experiencia en torneos de Grand Slam, aporta una estabilidad y liderazgo fundamentales para el éxito del equipo.
El Australian Open, primer Grand Slam del año, siempre representa un reto particular. Las condiciones climáticas extremas y el nivel de competencia demandan lo mejor de cada jugador. Sin embargo, Arévalo y Pavić han demostrado que están listos para enfrentar cualquier desafío que se les presente.
Ahora, la expectativa recae en su próximo enfrentamiento en los cuartos de final, donde se medirán ante una pareja igualmente talentosa (S. Verbeek y A. Goransson). Para sus fanáticos, esta es una oportunidad para soñar con la posibilidad de verlos alzar el trofeo y consolidarse como campeones de un Grand Slam. Independientemente del resultado, su participación ya es motivo de orgullo y admiración.