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Margarita Machón, pionera sommelier de El Salvador

Margarita Machón, la primera sommelier de El Salvador, nos comparte su recorrido de casi 17 años en la industria de vinos y licores. Desde su formación en la Escuela de Sommeliers de Chile hasta sus asesorías personalizadas y catas especializadas.
Fotografía: Mauricio Cárcamo

Margarita Machón trabajó por cuatro años en una gerencia de marca para una distribuidora de vinos y licores en el país. Fue ahí donde se dio cuenta de que en El Salvador no existían sommeliers, y se propuso ser la primera sommelier del país. Desde entonces, ha extendido su profesionalismo y servicio alrededor del mundo de los vinos y licores, colaborando con distintos restaurantes y eventos gastronómicos.

Los sommeliers están orientados a proporcionar servicios especializados en la materia prima, la elaboración de vinos y licores, y principalmente, en el servicio en mesa de los mismos. La marca personal de Margarita Machón está enfocada en brindar al país conocimiento sobre vinos y licores, además de ofrecer capacitaciones a restaurantes y bares para mejorar el servicio frente a los distintos clientes de este rubro. A su vez, trabaja en asesorías personalizadas con distintas distribuidoras para desarrollar nuevos portafolios de vinos y licores.

¿Cuántos años tienes de experiencia en el mundo de los vinos y cuál es tu región preferida de vinos?

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Tengo casi 17 años en la industria licorera, de los cuales 13 años he sido sommelier. Cuando entras en este mundo, no llegas a tener algo tan específico como un “vino preferido”; vas cambiando y evolucionando. Tiene mucho que ver con tu personalidad y tu estado de ánimo. Lo que sí puedo decir es que me gusta la gran familia de los tintos. Hay ciertos blancos que sí me verás tomar y pedir, pero yo soy de la gran familia de los tintos. Actualmente, las regiones que más me gustan y busco son Napa y Oregón, en Estados Unidos, pero con añejamiento me gustan bastante los argentinos y muchos otros específicos del Viejo Mundo. En cuanto a licores, me he especializado en whisky y organizo catas de whisky, ya que al salvadoreño le interesa bastante; es un muy buen público.

¿Consideras que el whisky se ha vuelto un mercado creciente en el país?

No, siempre hemos sido “whiskeros”. Históricamente, en la región centroamericana e islas, tenemos afinidad con los licores oscuros como el ron y el whisky. El whisky tiene mucha historia en su elaboración, y contamos con dos grandes grupos, por lo que hay mucho de qué hablar. Las catas se vuelven súper entretenidas, y además, es una muy buena opción para acompañar con comida. Siempre nos va bien en esas catas.

¿Cómo te definirías a ti misma si fueras un vino?

Definitivamente un tinto. Te lo diré como en notas de cata: un color rojo rubí, con aroma de frutos maduros, madera ahumada pero poca, seguido de chocolate y caramelo, y luego algo floral, pero me inclinaría más por una flor como la rosa blanca. En cuanto al gusto, tendría un paladar con presencia, con un toque de alcohol por el añejamiento, acidez media y astringencia media-alta.

¡Qué técnico!

Jajaja, es que sí, no puedes describir un vino sin técnica. Para describirlo es como te lo estoy diciendo, pero es como un papel; lo ideal sería que pudieras probarlo y yo realmente hacerte sentir lo que te describo.

¿Cuál es el mejor tip o truco que una especialista en vinos y licores puede guardar?

Honestamente, tienes que estudiar y leer mucho para preparar cada uno de tus trabajos, ya sea una cata o un proyecto que estés asesorando a un distribuidor o cliente. Pero siempre estudia bien sobre lo que estás trabajando y ofrece un buen servicio. Aquellos que nos dedicamos al servicio lo trabajamos regularmente, aunque sea poco. En El Salvador, ninguno de mis colegas ni yo trabajamos directamente en el servicio, pero en mis catas siempre trato de hacerlo, además de que me gusta hacerlo.

¿Y a nuestros lectores qué tip les darías a la hora de almacenar un vino en casa, y qué error no deben cometer?

Es bien fácil. Tip número uno: siempre que compren sus vinos, deben refrigerarlos y mantenerlos a una temperatura constante. Es lo mejor que pueden hacer. No hay que dejarlos en un mueble y luego llevarlos a la temperatura ideal de servicio cuando los vayan a consumir. En el caso de los blancos, deben estar a una temperatura constante para que estén listos para servirse. En el caso de los tintos, es más fácil; al estar a baja temperatura, se aclimatan a la temperatura ambiente, y empiezan a sudar, lo que significa que están alcanzando la temperatura necesaria. No se les debe dar un shock de frío.

Dicen que hay un vino para cada comida, pero tú, Margarita, yendo a lo específico, ¿cuál es tu combinación perfecta de comida y vino?

Es difícil porque no puede ser tan específico. Pero definitivamente, toda la identidad gastronómica de cada región tiene un maridaje perfecto. Puede ser vino, cóctel o destilado. En mi caso personal y profesional, me he especializado en maridajes, algo que hago semanalmente. En términos generales: los vinos blancos son para comidas ligeras, como ensaladas, carpaccios, o mariscos al natural. Los tintos van mejor con carnes grasas o semigrasas. También pueden ir con pescados grasos, como el salmón, que es un pescado semigraso. No es cierto el mito de que “solo las carnes rojas van con tintos”. Hay proteínas que pueden ser muy grasas. Los rosés también van con comidas ligeras, como mariscos y alimentos frescos, mientras que los espumantes combinan bien con ensaladas, embutidos, mariscos y dulces. Un maridaje excepcional sería un buen postre de chocolate con un tinto añejado 18 meses en barrica. ¡Es espectacular! Se llama maridaje de contraste. Es un mundo donde aprender es divertido.

En estos tiempos en los que se han puesto de moda el negroni, el aperol o el carajillo, ¿cuál es un “must try” que tú recomiendes?

Uno que me mata… No puedo negar que soy muy carnívora. Trato de no comer carne todos los días, el ácido úrico me sale un poco alto, jajaja, pero me encanta, me fascina y lo voy a seguir comiendo hasta que pueda. Una buena carne marmoleada caliente y un buen vino con 24 meses de añejamiento.

En tus redes sociales promueves degustaciones de vinos. ¿Qué puede esperar alguien que aún no ha participado en uno de estos eventos?

En cada una de las experiencias, tienes gastronomía diferente porque son distintos restaurantes, y pruebas diversas categorías de vinos de varias regiones y países. En cada cata, hablamos del país, la región, la variedad de uva; degustamos y hacemos un maridaje. Se adquiere conocimiento, se conocen más vinos y se resuelven dudas. También hago catas de licores, no solo de vinos. Es rico y lo disfrutas.

Si pudieras recomendarle a nuestros lectores un top cinco de buenos vinos accesibles, ¿cuáles pondrías en el listado?

Jajaja, no puedo decir marcas, no porque no pueda, sino porque trabajo con todos. Pero es súper difícil. Lo haré por país o región: en quinto lugar, Francia, son vinos que busco para algo ligero; en cuarto lugar, Italia, siempre un clásico; en tercero, Chile, donde aprendí mucho, ya que es mi casa sommelier; en segundo, Estados Unidos, me gusta mucho la uva Zinfandel; y en primer lugar, Argentina, me encanta cómo terminan el añejamiento.

¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en el mundo de los vinos y licores?

No es solo una, pero fue cuando llegué a Chile y me di cuenta de que soy la única salvadoreña que ha estado en la Escuela de Sommeliers de Chile. También la satisfacción de poder estar con distribuidoras, trabajar en asesorías y crear sus portafolios.