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Miguel Orellana: el gordito más fit que conquista paladares con sus salsas
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Miguel Orellana: el gordito más fit que conquista paladares con sus salsas

Miguel Orellana, El Gordito Más Fit.

Miguel Orellana es un apasionado de los asados y del ejercicio. Siempre se ha considerado una persona de complexión grande, pero también ha sido alguien físicamente activo. Hace algunos años, en una conversación con una amiga, Miguel le comentó: “yo soy el gordito más fit que vas a conocer”, y desde entonces muchos de sus amigos y conocidos lo recuerdan con ese apodo, el cual lleva con cariño. Miguel también es emprendedor y ha lanzado un negocio llamado Salsas del Gordito, donde ofrece seis tipos de salsas para acompañar diferentes comidas. Además, es licenciado en Economía y Negocios por la ESEN y tiene una maestría en Innovación, Emprendimiento, Administración y Gestión de Empresas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante la semana, Miguel trabaja en su empleo regular de lunes a viernes. 

Migue, ¿de dónde nace tu pasión por los asados y las salsas?

Los asados, para mí, siempre han sido sinónimo de convivencia. Me encanta reunirme con las personas que quiero: mi familia y mis amigos. Los asados son momentos para compartir. Desde que tengo 18 años vivo solo, y cada vez que tengo la oportunidad de reunirme con mi familia, el asado está presente. Es una ocasión donde todos nos involucramos y compartimos.

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En cuanto a las salsas, fue un pequeño emprendimiento que nació durante la pandemia. Estaba solo en ese tiempo, y varios amigos comenzaron a pedirme salsas, en especial la de chimichurri, que fue la primera que hice. Al principio no cobraba, simplemente las compartía, pero luego los pedidos aumentaron y pensé: “Aquí puede haber una oportunidad”. No lo veía como un negocio porque tengo mi trabajo regular, pero recientemente los pedidos han crecido mucho, lo que me llena de satisfacción. Me alegra que la gente esté disfrutando tanto del producto como del concepto. Manejo la marca de una forma relajada y cercana, tal como soy yo.

Este año participaste en el Grill Master de Monterrey, ¿cómo fue esa experiencia?

Fue una experiencia única. Jamás me hubiera imaginado participar en eventos y festivales de este tipo. El año pasado participé en El Salvador en el King Grill Fest que se realizó en el Rancho Navarra, donde ayudé a unos amigos de Guatemala llamados Sociedad del Asado, quienes son para mí los referentes en parrillas de Centroamérica. Por cuestiones del destino, tuve la oportunidad de ayudarlos a asar una vaca de 700 libras que se iba a exhibir, y desde entonces hemos formado una gran amistad. En febrero de este año participé en el Festival de Asado que ellos organizan en Guatemala, donde conocí a la Sociedad Mexicana de Parrilleros. Fue así como recibí la invitación para asistir al Grill Master de Monterrey, el festival de parrillas más grande de Latinoamérica, y me atrevería a decir, del mundo.

Fueron tres días de cocinar, ensuciarse, aprender y, sobre todo, disfrutar. Asistieron 38 mil personas al festival. La comunidad que se vive en estos eventos de asados es increíble, hay una gran camaradería, y me encantaría poder hacer algo similar aquí en El Salvador.

Cuéntanos sobre tus salsas, ¿cómo surgió la idea y por qué decidiste hacer salsas?

Hoy en día tengo seis salsas. La primera que saqué fue el chimichurri. Me encanta acompañarlo con carnes asadas, ya sea de res, pollo o choripán. Lo preparo a mi manera, ya que todas las recetas de salsas que hago son a mi gusto. Hay muchas variaciones de chimichurri, y los argentinos dicen que hay 40 millones de recetas porque cada persona le da su toque especial. La receta original era de mi mamá, pero yo la modifiqué un poco.

La segunda salsa fue una salsa tatemada, hecha de chiles y tomates asados. La hice para complementar los desayunos y tacos. La tercera fue una de cebolla curtida, pensada para recetas con chicharrones o como un acompañante más ácido y picante. La cuarta fue una de chipotle, creada como complemento para comidas más saludables. De hecho, trato de que todas mis salsas sean un poco “fit”, ya que, además de ser un entusiasta de la parrilla, me gusta mucho hacer ejercicio y trato de comer bien, aunque a veces me cueste, jajaja. La salsa de chipotle está hecha a base de yogur. Las últimas dos son de piña habanero y jalapeño cilantro, que surgieron después de mi viaje a Monterrey. Estas son las seis salsas que tengo actualmente, y ya tengo un par más en mente.

¿Qué hace el gordito más fit cuando no está en la parrilla o haciendo salsas?

Mi otra gran pasión es el ejercicio y el gimnasio. Hoy en día practico gimnasio y boxeo, que me gusta mucho. También tengo una perrita pastor belga, y me encanta entrenarla y sacarla a caminar. Me sorprende lo mucho que se puede lograr con dedicación y tiempo. Además, tengo mi trabajo de lunes a viernes, y soy hijo, hermano y amigo. Lo que más trato de hacer es ser una mejor versión de mí mismo cada día.

Si tus salsas fueran una canción, ¿cuál sería?

Si mis salsas fueran una canción, y no solo las salsas, sino también para la vida en general, sería Don’t Stop Believin de Journey. Cada vez que me siento desanimado, pongo esa canción. Y si no, cuando estoy cocinando, cualquier cumbia.